Aquellos que no están familiarizados con la navegación, pero les encanta la velocidad en la carretera, pueden comparar este yate con un supercoche de competición. Pero solo hay una forma de experimentar la emoción de surcar el mar a 48 nudos en un yate de 33,35 toneladas: hacerlo a bordo del Pershing 62.
En el Pershing 62, todo es impresionante, empezando por su apariencia. A simple vista, la línea del casco y la superestructura ya dan sensación de velocidad. El perfil agresivo y su alma deportiva se potencian con el corte de las ventanas del casco, un rasgo inconfundible del diseño «Made by Pershing» y una fuente extraordinaria de luz, tanto para el camarote del propietario que utiliza toda la manga en el centro de la embarcación como para el camarote VIP en la proa.
Lo mejor de la tecnología, el máximo control. Con su motor MAN de 1550 CV, el Pershing 62 puede alcanzar una velocidad máxima de 48 nudos. Pese a ello, este barco sorprende también por su maniobrabilidad. Gracias al joystick, al autotrim y al dispositivo de amarre sencillo, su excelente rendimiento se combina siempre con la diversión y el placer de la navegación.
Pershing 62 es el paradigma de la belleza y el confort, empezando por la zona de popa, con su funcional sistema de lanzamiento y remolque de consignatarios. Las sensaciones táctiles y visuales son extraordinarias, gracias a la habitabilidad a bordo y a la atención a los detalles que caracterizan todos los espacios. El Pershing 62 tiene dos versiones: la primera, con tres camarotes y tres baños y, la segunda, con dos camarotes.